Un sitio web de mangas pirata fue clausurado esta semana en Brasil tras una operación liderada por la Policía Civil de Mato Grosso. El operativo, bautizado como Operación Slimeread – Final Dash, tenía como objetivo acabar con una red de piratería digital que ofrecía miles de mangas, manhuas y webtoons de forma gratuita y sin autorización. Según las autoridades, el sitio era uno de los más visitados del país en su categoría, acumulando millones de accesos mensuales.
Sitio web con miles de mangas ilegales es cerrado por la policía en Mato Grosso
Entre los puntos más delicados del caso está que el sitio web no solo compartía contenido protegido por derechos de autor, sino que además generaba ingresos mediante anuncios, donaciones e incluso membresías pagas. Es decir, no era solo una página de fans, sino una estructura organizada que se beneficiaba económicamente con el trabajo de terceros.
La popularidad de este sitio web se debía en gran parte a su catálogo inmenso, su facilidad de uso y la frecuencia con la que se actualizaba. Para muchos usuarios, era una alternativa gratuita frente a las plataformas oficiales, que suelen tener menos títulos, actualizaciones lentas y restricciones regionales. En ese sentido, el cierre dejó a miles de lectores sin su fuente habitual de lectura.
Tras una investigación tecnológica bastante extensa, las autoridades lograron rastrear los servidores del sitio web y llegar hasta los responsables. Se incautaron dispositivos electrónicos, documentación y otros elementos clave para la causa. Además de los cargos por infracción de derechos de autor, los acusados podrían enfrentar cargos por lavado de dinero, debido a la monetización ilegal del contenido.
El caso ha reavivado el debate sobre el acceso a la cultura en la era digital. Mientras unos ven este sitio web como una amenaza para los creadores y la industria editorial, otros lo ven como un síntoma de una falla estructural: la falta de opciones legales accesibles y completas para leer manga en países de habla portuguesa, y en general, en gran parte de Latinoamérica.
Más allá del delito, muchos se preguntan por qué estas páginas siguen ganando tanta tracción. Y es que cada sitio web pirata que cae es reemplazado rápidamente por otro. La necesidad de acceso no desaparece con un operativo, y mientras las editoriales no ofrezcan soluciones globales, la piratería seguirá siendo una respuesta ilegal a una demanda insatisfecha.